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Tendencias ideológicas de nuestro mundo

Nuestro mundo actual, descrito desde dentro del mismo, es el resultado de múltiples tendencias históricas e ideológicas. Son tendencias muy variadas, la mayoría intencionadas o planificadas, que han dado como resultado un mundo polarizado.

Por un lado, se encuentra la tendencia científico-materialista, que ha permeado tanto en nuestra sociedad actual que, de forma oficial, casi nada escapa a su influencia y visión.

Por otro, encontramos las diversas religiones organizadas, que son histórico-evolutivas, e influyen en todo aquello que no se enmarca en el ateísmo científico-materialista extremo.

Por supuesto, hay muchísimas otras tendencias sociales, políticas, económicas, culturales y tradicionales que provienen de sistemas filosóficos e ideologías muy diversas.

Y entre medias de estos tres polos, encontramos una cantidad innumerable de posiciones personales que mezclan unas tendencias u otras.

La otra “espiritualidad”

Hay muchas tendencias que hablan, en diverso grado, de temas espirituales, pero que difieren notablemente de la Espiritualidad Profunda:

La religión

La religión es un sistema organizado, de adhesión, dogmático y ritual, intermediario entre el hombre y el Espíritu.

Estas características juegan en contra de la auténtica libertad del Espíritu, por cuanto que, aunque utilizan formalmente algunos de los conceptos, significados y valores del Espíritu, por ejemplo, el del “amor”, lo desproveen burdamente de su significado más elevado por cuanto en realidad atan, imponen, condicionan, dirigen, gremializan y excluyen.

Ocultismo y esoterismo

La Historia humana está llena de épocas en las que la falta de libertad de expresión, y las represalias para su ejercicio, implicaban que hubiese personas y grupos de personas que debían ocultar sus sistemas de creencias e ideas fundamentales.

El esoterismo y el ocultismo ha vehiculizado, durante estas épocas, la Espiritualidad Profunda.

Pero también, como resultado de la tremenda confusión que generaba tener que disfrazar simbólicamente los sistemas de ideas proscritos, han albergado innumerables sistemas de creencias que se alejaban o, directamente, no tenían nada que ver con la esencia espiritual.

Misterio

Todo lo que es desconocido es misterioso. En este sentido, la Espiritualidad Profunda supone un profundo misterio para la persona humana promedio que no ha tenido aún su “primer despertar”.

  • El “primer despertar” surge cuando la persona “se da cuenta” de que hay algo más de lo que el mundo ofrece y, a partir de ese momento, dedica sus esfuerzos conscientes y expresos a emprender esa búsqueda, fructífera en diferente medida.

No obstante, las personas habitualmente adoptan alguna de las siguientes actitudes frente a lo desconocido:

  • Realizar una mera descripción o presentación de lo desconocido, como algo que no ha superado el método científico de demostración.
  • Afrontar lo desconocido de manera superficial, aludiendo a teorías fantasiosas para justificarlo, enmarcándolo en el mero entretenimiento, sin profundizar en su estudio e investigación.
  • Intentar analizarlo a partir de la aplicación a los fenómenos que lo manifiestan una explicación científica, para normalizar el misterio y desacreditar su imposibilidad de justificación.

Esto hace que, aunque en el ámbito de la divulgación de temas de misterio se lleguen a presentar fenómenos que tienen explicación desde un punto de vista de la Espiritualidad Profunda, en ningún caso se plantean desde esa perspectiva.

  • La información espiritual profunda es simplemente una forma de ciencia mucho más avanzada que la Ciencia oficial humana, por tanto, puede dar cumplida explicación a todo fenómeno misterioso, aunque no pretenda justificarlo, “a martillazos”, con la actual Ciencia humana.

Conspiración

La divulgación de la teoría de la conspiración describe muchas de las razones por las cuales la Humanidad muestra las tendencias arriba descritas, en detrimento de la tendencia espiritual profunda.

No obstante, la divulgación conspirativa habitualmente no pasa de ahí, es decir, no profundiza, o directamente ni siquiera intenta describir aquello por lo cual la conspiración actúa, ni cómo liberarnos definitivamente de los sistemas de manipulación, opresión, condicionamiento y control que se denuncia con las teorías conspirativas.

La única forma de liberarse definitivamente de dichos sistemas de aprisionamiento del ser humano es precisamente la Espiritualidad Profunda.

Desarrollo personal

La divulgación de métodos y técnicas por las que uno mismo puede crecer como ser humano (autoayuda) pretenden que cada persona individual pueda mejorar su situación personal en relación con el mundo en el que interactúa, pero bajo las reglas de dicho mundo.

La Espiritualidad Profunda no pretende el desarrollo de un ser humano como tal, sino en función del descubrimiento de que en realidad es una entidad previa, antecedente-causal y destino final de lo que aparenta ser como personaje humano. Por tanto, ahonda en la transformación de una mentalidad (conceptos, significados y valores) diametralmente opuestos a los de nuestro mundo actual y presenta un conjunto de “reglas de interacción” diversas a las asumidas actualmente por la Humanidad.

Psicología

La Psicología oficial humana manifiesta una cada vez mayor tendencia científico-materialista en su configuración teórica básica.

Por tanto, pretende la promoción de la salud mental de las personas en cuanto que “personajes del mundo actual”, es decir, bajo la aceptación del sistema de creencias e ideas actualmente imperantes.

Esto conlleva “aprender a comportarse correctamente para alcanzar la felicidad dentro de la jaula”, por lo que en realidad no es una cura sino otro paliativo, completamente asumido como tal, al igual que la Medicina oficial ha realizado.

Espiritualidad Profunda

Es un conocimiento superior de la realidad que nos rodea, que fomenta un entendimiento cada vez más elevado de toda manifestación humana individual y colectiva y, por tanto, no se basa en ninguno de los planteamientos ideológicos que fundamentan a la actual Humanidad.

La calificación de “superior” de este conocimiento responde a que la liberación que pretende causar en las personas eleva su experimentación de la realidad muy por encima del nivel actual de la experiencia humana.

Por tanto, no es un conjunto teórico, sino la experiencia resultante de la aplicación práctica de todos sus postulados.

  • Esto excluye absolutamente la fe dogmática y ciega de las religiones o del cientifismo-materialista (el cual no es sino otra forma de dogmatismo religioso reduccionista y determinista, por cuanto excluye, ridiculiza, oblitera e invisibiliza a todo aquel que no acepte automáticamente sus teorías -incluso cuando aún no estén demostradas, como por ejemplo, la teoría del Big Bang como origen del universo espacio temporal-).

Los postulados de la Espiritualidad Profunda no pretenden ser “demostrados” a partir del conjunto de reglas inferior de la Ciencia, sino que ofrecen la posibilidad a cada persona, de acreditar su validez en sí mismos, convirtiéndose en un laboratorio de experimentación ambulante, y poder rechazar o aceptarlos con el mayor fundamento de todos: la propia comprobación.

  • No obstante, el religionista dogmático (ya sea creyente en cualquier religión “oficial” o en la pseudo religión científico-materialista), tiende a hacer un acto de fe cuando, para rechazar de plano los postulados de la Espiritualidad Profunda, excluye expresamente la experimentación de los mismos.

La Espiritualidad Profunda no es sino una manera de describir el sistema de evolución espiritual de las personas que son conscientes de sus postulados y aceptan expresamente su estudio.

  • En realidad, todo los humanos están en el camino espiritual, aunque algunos aún no son conscientes de ello, mientras que otros sí, y deciden desarrollar sus postulados en sí mismos de manera intencional.

Por tanto, la Espiritualidad Profunda no es excluyente ni emite juicio de valor respecto de la vida, creencias y actuación de cualquier persona que no haya manifestado su “primer despertar”; simplemente es consciente de que cada persona se encuentra en un punto personal e intransferible en el proceso de experimentación que desarrolla en la Tierra.