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Los planetas habitados son escenarios. En ellos hay personajes que ensayan, que experimentan, que buscan experiencias de autodescubrimiento.

Nuestro planeta no es una excepción, sino que, por el contrario, es uno de los escenarios más difíciles y extremos.

Nosotros somos seres espirituales que tienen diversas experiencias, entre otras,  humanas. Algunas experiencias del Espíritu se basan en lo que se denomina la dualidad, que es un constante equilibrio entre el bien y el mal, en el cual, cada uno de nosotros va tomando decisiones entre ambos y configurando sobre la marcha su propio personaje.

Este escenario Tierra es especialmente difícil por muchas razones. Una de las más importantes es que para entrar aquí la regla es que tienes que nacer de otros personajes y que no puedes recordar nada sobre quién eres, de dónde vienes ni de los personajes que has representado antes de entrar en la Tierra.

Esto, junto con otras “dificultades”, hace que muchas conciencias o almas se queden aprisionadas en este escenario, volviendo obsesivamente al mismo en bucle, siendo complicado que en un entorno tan extremo se puede redescubrir quién eres en realidad, pues en eso consiste el juego o experiencia. A este autodescubrimiento se le llama el despertar.

Por eso, en este escenario se dan ayudas “desde fuera”, para compensar la extrema dificultad y lograr que las conciencias puedan finalmente recordar quiénes son y continuar sus experiencias en otros niveles del juego.

Estas ayudas son lo que aquí denominamos la información espiritual revelada. Usamos la palabra “revelación”, porque aquí el velo de olvido es tan potente que las personas no recordamos nada de nuestra vida anterior y acabamos aceptando que lo único existente es este mundo físico y en este nuestro planeta. Por eso, esta información que proviene “de fuera”, para nosotros es una auténtica revelación.

Nuestra mente

El velo de olvido como regla de juego en nuestro escenario Tierra es tan potente que marca una fuerte división en nuestra mente: aquello de lo que somos conscientes y recordamos (nuestra vida física desde el nacimiento) y todo aquello a lo que el velo de olvido impide acceder (toda nuestra vida anterior). Pero, sin embargo, este velo de olvido no actúa de la misma forma para todas las personas, sino que, el que las personas tengan facilidad o no para rescatar información del inconsciente depende de muchos factores, entre otros, el grado de consciencia o evolución espiritual (grado de recuerdo de tu ser real).

Entrega de la información espiritual

Así, la información espiritual se nos entrega, en cada momento de la Historia, de la manera en que mejor la podamos recibir, siempre sin “estropear” el juego. Es decir, de forma que no sea tan clara para nosotros que se perjudique el propósito del escenario, que es la experimentación en condiciones extremas.

Personas en el escenario

Por eso, cuando el grado de autodescubrimiento es bajo (por ejemplo, en etapas de la Humanidad de menor evolución), recibimos la información por medio de personas que entran en el escenario para entregarla y que nosotros podamos recibirla con nuestros sentidos físicos. Ejemplo de esto son los maestros espirituales que ha tenido la Humanidad durante su historia, que con su mensaje oral y su ejemplo de vida nos han transmitido los conceptos, significados y valores espirituales.

Inspiración

Otra forma de entregar y recibir esa información es mediante la inspiración de ideas, conceptos y recuerdos, “desde fuera”. Eso ocurre siempre, constantemente y para todas las personas, pero el que tenga un efecto mayor o menor depende del grado de “atención” que dicha persona permita ante dichas inspiraciones ya que, prácticamente, siempre se reciben a nivel inconsciente. Esta “atención” se suele denominar “mirar hacia el interior”.

Canalización

Una tercera forma de entregar información es la canalización. La persona receptora (el canal), con un grado de preparación variable, recibe esos contenidos del emisor (revelador o canalizador) mentalmente y los reproduce verbalmente o por escrito.

Una primera posibilidad es que haya un acuerdo previo, en el período entre vidas, para que esta transmisión de produzca en la siguiente vida. En este caso, suelen ser canalizaciones de grandes cantidades de información durante un largo periodo de tiempo. Es el caso de los grandes textos espirituales revelados, por ejemplo, todos los textos canalizados que se divulgan en Espacio Sutil.

En estos casos, hay una preparación previa que el canalizador (emisor) realiza con el canal (receptor), que se realiza por vía de manipulación energética y suele ser inconsciente para el canal receptor. Cuando el canal receptor humano está preparado, se presenta el canalizador emisor y le explica el acuerdo. Una vez hay aceptación por parte del canal receptor, comienza la tarea.

A esta vía podría denominársele, como descripción, “canalización al dictado por entidad ajena”.

En las últimas décadas, con la irrupción de la “nueva energía” en nuestro planeta, a partir de 1987, se ha producido una diferencia entre las canalizaciones al dictado realizadas hasta ese momento, de las que se han realizado posteriormente.

En el primer tipo, el canal receptor entra en un trance inconsciente mientras voluntariamente cede su cuerpo físico a disposición del canalizador emisor. Este es el caso, por ejemplo, de la “persona de contacto” anónima (El libro de Urantia), Jane Roberts (Seth) o JZ Knight (Ramtha).

En el segundo tipo, el canal receptor no pierde en ningún momento su consciencia y es capaz de reproducir verbalmente la información plenamente consciente de lo que está sucediendo, incluso con los ojos abiertos.  Por ejemplo, Neal Donald Walsch (Conversaciones con Dios), Lee Carroll (Kryon) y Geoffrey Hoppe (Tobías y Adamus).

Todos los textos (en realidad, completos cuerpos de información) espirituales de los que disponemos actualmente han hablado sobre el fenómeno de la canalización, tanto como información del canalizador revelador cuanto por comentarios al respecto de su caso personal por el canal receptor.

De sus comentarios podemos extraer algunas características que se pueden consultar en los textos cuyos enlaces se encuentran al final de esta página.

Sistemas de consulta oraculares

Desde siempre, en ser humano ha extraído información espiritual mediante diversos sistemas de consulta oraculares, es decir, técnicas y procedimientos para canalizar información a partir de símbolos. Ejemplos de esto son la Astrología, la Numerología, la Geometría Sagrada, el Tarot, el Eneagrama, etc.

En realidad son fórmulas que vehiculizan la canalización en símbolos que ofrecen resultados explícitos (fecha de nacimiento, nombre, números, configuración de constelaciones, cartas, figuras geométricas, etc.) que después el operador del sistema debe interpretar, según una u otra técnica o tradición interpretativa determinada.

Autocanalización

Por último, en las dos últimas décadas los reveladores nos han insistido en ahora estamos preparados para canalizar cada uno de nosotros, en una modalidad personal e individual, en la que se reciben «paquetes de energía» que después se «materializan» por diversos medios, entre los que destaca la «visualización». Este fenómeno tiene diferentes variantes y podemos encontrarlo denominado como autocanalización del Yo Superior, canalización de registros akáshicos, etc.

La autocanalización es una técnica que surge en respuesta a la idea de que tenemos que dejar de depender de maestros “externos”, recuperar nuestra soberanía y poder innatos, como fractales de la Fuente, y empezar a depender de nosotros mismos en la búsqueda de información espiritual, desarrollando técnicas de familiarización con nuestra configuración energética sutil y desarrollar nuestra capacidad de percepción extrasensorial multidimensional.

Si quieres ampliar información sobre estas cuestiones, puedes consultar la información sobre canalización que ofrece Lee Carroll, en su página web, extractando a Kryon:

Y también, el escrito que sirvió a Iván Prospector como base para realizar la sesión de presentación de la serie “Autocanalización”:

Además, puedes consultar los comentarios al fenómeno de la canalización que ofrece la página web del «Círculo Carmesí»: