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Debido a que un participante en el chat de Espacio Sutil me ha formulado esta pregunta, pese a que en la información del curso que vengo anunciando viene dada la respuesta, voy a esquematizarla de forma específica para intentar que no queden dudas respecto de la utilidad de este “Programa de estudio de energías sutiles” que recién ha puesto en marcha Espacio Sutil. Además, relato mi experiencia personal con la vertiente energética de la espiritualidad.

Por qué es necesaria la sanación energética

El Pensamiento del Espíritu se manifiesta en la exploración del espacio-tiempo como energía. Todo es energía (pensamiento densificado en diferentes grados).

El ser humano, aunque se percibe solamente como un cuerpo físico, manifiesta otros muchos “cuerpos” energéticos, correspondiente cada uno de ellos a uno de los niveles dimensionales por los que ha transitado en la exploración espacio-temporal, hasta llegar a esta experiencia humana.

La evolución espiritual en el ser humano implica el reconocimiento de su verdadera Identidad, lo que implica una evolución en su mentalidad, divinizándola, que tiene como contraparte paralela una sutilización de su energía personal.

La mentalidad humana, como conjunto de pensamientos (concepto, significado y valor), determina, respecto de su evolución espiritual (recuerdo de Quién Es), una serie de niveles, en los que cada vez va siendo más consciente de su naturaleza espiritual. Estos grados de recuerdo son lo que habitualmente llamamos niveles de consciencia.

Así, siguiendo a Ramtha, podríamos clasificar los niveles de consciencia de la Humanidad, en siete niveles, a los que se denomina en función del tema principal de la mentalidad humana en cada nivel:

  1. Supervivencia y reproducción.
  2. Dolor y victimismo.
  3. Dominio y poder.
  4. Amor sentido.
  5. Amor expresado.
  6. Ver a Dios en todas las cosas.
  7. Yo Soy Dios.

Cada uno de esos siete niveles de consciencia tiene una correspondencia con los denominados cuerpos energéticos y con los niveles dimensionales por los que el Espíritu ha transitado hasta llegar al opuesto de la experiencia humana.

Al igual que la experiencia humana en niveles bajos de consciencia (mentalidad) determina una concreta experiencia vital, de igual manera, esto tiene su traducción en los niveles de densificación de la configuración energética personal.

Por tanto, una mentalidad poco evolucionada (nivel de consciencia bajo), determina automática y paralelamente un nivel de frecuencia vibratoria bajo (denso) en su configuración energética personal.

Así, al igual que la experiencia vital del humano de nivel de consciencia bajo manifiesta una serie de conflictos, dramas y sufrimiento, que se sufren en el cuerpo físico, de igual manera, su configuración energética sutil manifiesta igualmente esos mismos problemas. Por ejemplo, una persona con una mentalidad muy involucionada tendrá una vida llena de infortunios, desgracias, e infelicidad, pero también manifestará una problemática energética paralela en sus cuerpos energéticos.

Por tanto, en tanto es estudiante de espiritualidad no evolucione, al igual que su percepción del mundo le depara una “experiencia de víctima”, de igual forma esta experiencia victimaria se transpone a su sistema energético personal.

Así, el ser humano manifestará distintas “afecciones energéticas”, en tanto el nivel de frecuencia de su energía no sea lo suficientemente elevado. Por ello, el estudiante de espiritualidad, al igual que durante su etapa de aprendizaje “necesita” ir cambiando sus hábitos de vida (el efecto de la transformación de la mentalidad), también “necesita” un adecuado tratamiento y mantenimiento de su configuración energética personal.

La sanación energética que imparte Espacio Sutil se divide en tres partes:

  • Protección energética (protección de la configuración energética personal y de los espacios que habita la persona)
  • Limpieza energética (higiene energética)
  • Sanación terapéutica espiritual (desbloqueo de energías que dificultan o impiden el discernimiento espiritual y, por tanto, la evolución)

De esta forma, la sanación energética contribuye a la evolución espiritual mediante el reequilibrio del sistema energético sutil personal, que permitirá un menor condicionamiento energético y un mayor equilibrio de las energías personales, que se traducirá, en resumen, en un mayor discernimiento espiritual y una mejor salud física.

Los textos revelados modernos, principalmente Seth, Ramtha, Serapis, Kryon, Tobías y Adamus, aunque muchísimos otros que nos están ofreciendo información actualizada en estos tiempos de cambio, inciden en que tomemos consciencia de la vertiente energética de la espiritualidad, como algo fundamental en estos momentos para todo iniciado espiritual.

Experiencia personal de Iván Prospector

En mi caso particular, después de varios años de intenso estudio de la información espiritual, es decir, de haberme centrado exclusivamente en el estudio y la práctica de la información espiritual revelada, sin haberme enfocado prácticamente en la vertiente energética, hubo un conjunto de acontecimientos en mi vida que me abocaron, sin alternativa, a enfocarme intensamente en la vertiente energética de la espiritualidad.

Resumiendo mucho estos acontecimientos, todo comenzó con una toma de medicinas ancestrales (ayahuasca y otras conocidas) durante un fin de semana de finales de 2019. La experiencia fue intensísima y espectacular y supuso un profundo cambio en mí. A partir de esa experiencia se disparó mi capacidad de percepción extrasensorial de golpe, de una forma radical, con dos efectos principales:

  • Uno muy positivo, que fue la apertura de canales, portales, activación energética en general que me permitió, casi de repente, una gran facilidad para la clarividencia y clariaudiencia (visión y oído astral), canalización, visualización, intuición y práctica de viajes astrales.
  • Una paralela, muy retadora y confrontante “a priori”: la apertura que experimenté de portales a otras dimensiones, sin una previa preparación, me “expuso” de forma radical a la dimensión astral y a otras dimensiones, de forma que comencé a manifestar las consecuencias negativas de tal apertura, en forma de “asedios energéticos” intensos.

Este segundo efecto (después entendí que todo era para mi mayor crecimiento espiritual) supuso para mí la urgencia de aprender inmediatamente a neutralizar sus consecuencias perniciosas. Este segundo efecto después entendí que era inevitable siempre que ocurre el primer efecto, pues cuando “la apertura se produce”, lo hace sin discriminar. Aunque en mi caso fue muy complicado, por haberse producido de forma tan rápida y precipitada.

Una vez que comencé con la sanación energética, esta disciplina ha sido (por propia “necesidad”), la práctica espiritual a la que he dedicado más atención en menos tiempo, hasta que llegué a comprenderla, entenderla y realizarla con la pericia suficiente como para neutralizar completamente el segundo efecto, conservando las inmensas utilidades del primer efecto.

En estos más de dos años de práctica intensa, he podido desarrollar mi propio método de sanación, pues la teoría inicial recibida y la intensa práctica personal ha sido complementada con mis conocimientos previos de información espiritual, de forma que he logrado desarrollar un método de sanación que va mucho más allá de la mera limpieza y protección, convirtiéndola en una herramienta utilísima para la terapéutica espiritual, válida para todo estudiante.

De esta forma, sabiendo, ya que así lo avisan los reveladores actuales, el profundo cambio energético que la Humanidad va a experimentar, este método de sanación energética es un complemento necesario (yo diría que imprescindible) para que todo estudiante de espiritualidad esté lo más preparado posible para ello.